La campaña perfecta es la social, que no es lo mismo que socialismo ni publicitaria
Ahora, en la campaña digital es imprescindible ser social, ofrecer de manera genuina un beneficio al humano que interactúa con la marca. Muy pronto eliminaré de mis diálogos la frase “Campaña Publicitaria”, esto está en decadencia y gracias a todos aquellos publicistas y empresarios que hicieron de ella algo tan banal, irrespetuoso e invasivo que hoy, con la conquista de los medios sociales, se nota el rechazo de facto ante alguna sospecha de ella, la publicidad.
Designar un mensaje desde lo que desean los ejecutivos
Designar un mensaje desde lo que desean los ejecutivos o el plan de negocios ha llevado a la industria publicitaria al punto más decadente de su historia donde muchos, debido a tanta mala influencia, han adoptado esa herencia queriendo llevarla al mundo digital sin tener nada de éxito, solo unos porcentajes pírricos de efectividad y miles de dólares facturados. Incautos algunos empresarios.
El mensaje llega mejor si lo elaboramos desde la necesidad del humano que usa la marca, un mensaje que deje claro cómo ayuda a resolver la situación que le inquieta, cómo satisface su necesidad.
Los algoritmos pasan a ser sociales
Los algoritmos aún están en su fase Hommo sapiens, aún les falta mucho por saber que llevamos los humanos en nuestra conciencia, en nuestra verdad más más profunda. Ellos deben hacer un gran esfuerzo en conocernos, en saber qué somos y quiénes somos, y no se trata de ese algoritmo que graba mi cookie cuando le di click al par de zapatos en Amazon o cuando entre a Trivago y solo por curiosidad le di click al hotel Lola en Nueva York para que empiece la invasión, no, no, no, no se trata de eso, se trata de ir más allá. Los ingenieros la tienen compleja y deben estar armando reglas de negocio para integrar al algoritmo desde lo social.
Las marcas socializan con nosotros
No queremos publicidad, eso ya lo sabemos, ¿qué queremos? Hacer vida social, intercambiar, conocer, explorarnos, aprender, crecer, brindar, emocionarnos, cumplir, que nos cumplan… es complejo para un algoritmo programarse en función de cómo se comporta el ser humano. Es muy complejo.
Las marcas lo tienen muy difícil para hacer campaña digital; porque el manual de estilo deberá evolucionar e integrar reglas de comportamiento humanas, o sea, ser socialmente imperfectas dentro del marco de valores asignados a la marca. Créanme, en cuanto los algoritmos, que harán que la marca se comporte en la red, aprendan y se reprogramen de acuerdo a evento, va a estallar la verdadera relación social y adiós a la publicidad tradicional.